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martes, 10 de junio de 2014
Colesterol
El colesterol se considera comúnmente una especie de grasa peligrosa para la salud, indeseable en el cuerpo humano. En realidad, es todo lo contrario. Es un lípido esteroide (no exactamente una grasa) esencial para el cuerpo. Forma la base de la producción de vitamina D (incluso quienes toman suplementos obtienen alrededor del 90 por ciento de su vitamina D de la piel), de hormonas esteroides, mielina y sebo.
El colesterol no es algo malo para el cuerpo; de hecho, es esencial para la vida. Existen varios tipos de colesterol, uno que se conoce como colesterol “bueno” y otro que se conoce como colesterol “malo”. Otras formas de colesterol son los triglicéridos y el Lp(a)
La diferencia entre el colesterol malo y el bueno es su densidad. El colesterol de baja densidad es en realidad una lipoproteína, es decir, una asociación de colesterol con proteínas, donde hay pocas proteínas y por tanto se considera “malo”. Éste aumenta el riesgo de enfermedades coronarias. Las lipoproteínas con más proteína son más densas y se consideran el colesterol “bueno”. El colesterol de alta densidad desplaza al de baja densidad, y de hecho nos protege contra males cardiovasculares.
Contrario al saber popular, el colesterol no es “bueno” ni “malo”. Lo que puede ser bueno o malo son las lipoproteínas que forman. Existe colesterol de alta densidad que es mejor que otro, según las proteínas con que se combine.
El Lp(a) es una forma de colesterol de baja densidad unido a una proteína llamada apoproteína (a).
Los triglicéridos son en verdad nocivos y están asociados a la diabetes y a enfermedades cardíacas. Factores que aumentan esta sustancia en el organismo son el consumo de carbohidratos simples, el sedentarismo, consumo de alcohol, sobrepeso y fumar (lee sobre remedios naturales para dejar de fumar).
El colesterol también es el ingrediente principal de las sales biliares, que ayudan a digerir las grasas. Fue, de hecho, en los cálculos biliares donde el colesterol fue descubierto por primera vez a mediados del siglo XIX.
En la piel, forma el sebo, que le da a la piel una de sus cualidades más importantes, la impermeabilidad: mantiene el agua afuera y los fluidos corporales adentro del cuerpo. Ahí también asiste en la síntesis de la vitamina D, a partir de la exposición al sol.
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