¿Qué lleva a las personas a hacer cosas tan extremas que son capaces de poner en riesgo su vida e incluso perderla por una creencia?
A esta situación le llamamos fanatismo, el cual se manifiesta como una exaltación o entrega apasionada y desmedida de una idea o a unas convicciones consideradas como absolutas.
En el caso de la religión, el fanatismo reemplaza a la fe y maneja la inseguridad ante una presencia imponente de un Dios. El fanatismo religioso es uno de los estados más controvertidos y que más ruido hacen, ya que es evidente las repercusiones que éste ha tenido a través de la historia como conflictos bélicos, asesinatos, actos terroristas...etc han sido resultado de esto.
El fanático tiene por lo general una conducta hermética e irracional, es decir que no acepta consejos ni modificaciones de lo que cree, lo cual hace extremadamente difícil su evolución y cambio de mentalidad. Esta mentalidad puede además haber sido reflejo de un núcleo social en el que se ha exaltado el deseo de suprimir a los que se oponen a sus creencias y modo de ver la vida: como es el caso de los soldados Kamikazes de Japón, los actos terroristas en el Medio Oriente o el caso de la Nueva Jerusalén en el estado de Michoacán.
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