El presidente de Yemen, Alí Abdulá Salé, está siendo sometido a una operación quirúrgica para retirarle los restos de metralla que tiene alojada en el pecho, según han informado fuentes médicas, donde fue trasladado anoche para recibir tratamiento a raíz del ataque del viernes contra el complejo del palacio presidencial en Saná.
Yemen vive sus primeras horas sin el presidente Alí Abdulá Saleh. El dirigente aterrizó de madrugada en la capital de Arabia Saudí para ser tratado de las heridas sufridas en la explosión que el viernes se produjo en la mezquita donde llevaba a cabo la oración junto a sus más cercanos colaboradores.
«Las calles de las principales ciudades del país se están llenando de gente que celebra el fin de la dictadura tras la salida de Saleh y buena parte de su familia», cuenta la periodista Nadia Al-Sakkaf en la edición digital del Yemen Times en la que asegura también, citando a analistas, pero sin citar nombres, que «el ataque sufrido por el presidente se produjo desde dentro del Palacio», echando por tierra la teoría del ataque exterior por parte de las milicias tribales.
El adiós temporal del dictador ha sumido en la incertidumbre al país. Tras dos semanas de combates entre el Ejército y las milicias del líder tribal Ahmed Al Sadeq las primeras explosiones que han sacudido la noche de Sanaá han sido las de los fuegos artificiales de celebración«por el fin del régimen», recoge el Yemen Times que habla de «alto el fuego».
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