En una entrevista que le hicieron en prisión, admitió haber estrangulado y apuñalado, junto a su marido, a un hombre de 42 años que conocieron por Internet.
Miranda aseguró que había matado por lo menos a 22 personas."Cuando llegué a los 22 dejé de contar", aseguró en la entrevista.
La mayoría de los asesinatos los llevó a cabo en Alaska, pero también en Texas, Carolina del Norte y California, estados en los que residió antes de mudarse a Pensilvania.
Su primer asesinato lo cometió con 13 años de la mano de un hombre que la introdujo en ritos satánicos en Alaska.
Tuvo una infancia traumática, sufriendo abusos a los cuatro años.
Confesó que no siente remordimiento por ninguna de las víctimas, ya que afirma que únicamente mata a "malas personas".
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