Para que el concepto de Libertad de pensamiento y religión quede claro, antes han de tenerse claras las definiciones de las palabras que lo forman.
La libertad es la facultad que tiene el hombre de obrar o no de una manera u otra, por lo que es responsable de sus actos.
El pensamiento es la facultad de imaginar, considerar o reflexionar.
La religión son un conjunto de creencias hacia una divinidad, de normas para la conducta individual y/o social y de prácticas rituales.
Por tanto, la libertad de pensamiento y religión podría definirse como la facultad de poder pensar lo que se quiera y de poder creer en la religión que se elija.
Y es ahora cuando entran en escena una serie de derechos, deberes, obligaciones morales... Llamadlo como más os guste, pero es lo que hace que no se confunda libertad con libertinaje, que los pensamientos sean o no expresados y que el ser de una religión u otra no sea objeto de discriminación o burla. La persona tiene el derecho de poder expresarse como quiera y de elegir la religión que quiera, pero la sociedad tiene el deber de respetar esa opinión.
Porque el ser humano es LIBRE y como tal, también lo son sus pensamientos y sus creencias. Por mucho que intenten, no hay límites en la mente, porque no hay dos mentes iguales. Es distinta en cada persona, y eso es algo muy valioso.
El mundo en su gran mayoría es libre de pensar y de creer en lo que quiera. Digo en su gran mayoría porque hay países que aún no tienen reconocido ese derecho; como son China, Bhutan, Cuba, Irán, Corea del Norte, Maldivas, Nigeria, Pakistán, Arabia Saudí, Laos, Myanmar, Sudán, Turkmenistán y Yemen.
En cualquier caso, la libertad de pensamiento y religión es un derecho.
La única barrera del pensamiento humano es el hombre mismo.
0 comentarios:
Publicar un comentario