Más de un tercio de los menores españoles de 16 a 18 años, el 38% practica el botellón. La mitad opta por bebidas de alta graduación, mientras que el resto opta por la cerveza y el vino a partes iguales.
El consumo del alcohol está muy extendido entre los adolescentes españoles, especialmente los fines de semana. El botellón forma parte de la cultura juvenil española.
Se abusa del alcohol, probablemente por el resultado final que produce la combinación de los efectos estimulantes que, a su vez actúan como refuerzo para su consumo.
Hasta hace unos años, estaba socialmente aceptado que en el entorno familiar los niños consumieran pequeñas cantidades de alcohol en ocasiones especiales, y aún hoy el 13,2% de los padres se muestran partidarios de esas prácticas.
Según los datos del Plan Nacional Sobre Drogas, desde el año 1996 han aumentado un 20% el consumo de bebidas de alta graduación entre los menores, mientras que el consumo de cerveza ha disminuido en este colectivo casi un 30%.
Respecto al perfil de la persona que hace botellón, casi la mitad es estudiante, un 80% vive en el domicilio familiar y la mayoría son de clase media, precisando que no es una persona antisistema, ni en general pertenece a ninguna tribu urbana.
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