El reconocimiento de la dignidad humana.

Durante muchos siglos se pensó que los seres humanos no eran iguales. Los débiles no eran como los fuertes, ni las mujeres como los hombres, ni los negros como los blancos. No se pensaba que todos formáramos parte de una misma humanidad. Se respetaba a los de la propia tribu y se despreciaba a los de la tribu de al lado.
Poco a poco, por influencia de los filósofos, de las religiones y de muchas personas lucharon y apoyaron las reivindicaciones de las víctimas, se impuso la idea de la igualdad de los seres humanos. Y de la que éramos iguales, precisamente en dignidad.
Para comprender esta palabra, conviene contar su historia. Cuando se empezó a usar, era como un título de nobleza, una cualidad que se adquiría al ocupar un puesto importante.
Se decía: ''la dignidad de un juez'', lo que quería decir que un juez era alguien importante, que merecía respeto. Si se hablaba de la ''dignidad de un cargo'', se afirmaba que quien lo ocupaba debía ser respetado y tenía nobleza por esa causa.

Este significado cambió de una manera radical cuando se reconoció que todos los seres humanos tenían dignidad por el hecho de serlo, es decir, que ser persona es ocupar un puesto único en el universo, es tener un título innato de nobleza.

                                                                                 Desiree Daza.