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sábado, 15 de diciembre de 2012

EL BOTELLÓN

Se considera al “Botellón” como un fenómeno social, cuando pienso que en realidad, a lo que denominamos “Botellón”, es “la consecuencia” de un fenómeno social. Un fenómeno social que tiene su origen en la interacción de diversos factores: ofertas de ocio, educacionales, familiares, psicosociales y de modelos aprendidos.
Ofertas de ocio: La evolución de los locales , han venido cambiando a medida que el mercado ha impuesto nuevas necesidades: Reducción del espacio, elevado volumen de la música, iluminación exigua y altos precios de las copas, así como escasa oferta en combinados y bebidas no alcohólicas, que además resultan en ocasiones, más caras que las de contenido alcohólico. Dificultan la normal conversación entre los clientes, obligando a elevar necesariamente la voz, generando estrés acústico e imposibilitando la interacción y la ubicación de grupos de jóvenes. Utilización de “ofertas gancho” de contenido alcohólico a precios muy baratos, etc.
Educacionales y familiares: Hace años que influyen más en los hábitos y gustos de nuestros jóvenes, la TV, la red, los videojuegos, etc. Que la familia, el colegio o el Instituto. Los límites de horario se los imponen ellos mismos, si es que se ponen alguno. La falta de autoridad del progenitor o progenitores de turno ha mermado tanto que es casi inexistente. Los modelos de familia también han cambiado y el joven necesita su propio espacio, su mundo, aquel que no le viene impuesto ni limitado. Sin olvidar que la ley proporciona al menor unos derechos muy amplios y diáfanos frente a las obligaciones. Los progenitores se ven a veces sin herramientas para poder establecer límites y normas a sus hijos.
Psicosociales y Modelos aprendidos: Ha calado y mucho en nuestros jóvenes la filosofía del “Carpe diem” del “Dolce far niente” del todo vale para conseguir los objetivos, de la inmediatez de los resultados, de lo fácil, del consumo rápido y del placer frente a la filosofía del esfuerzo. Aunque reconozcamos que los modelos de conducta, así como sus referencias les vienen marcados por nosotros, por las generaciones en quienes se miran. Al fin y al cabo, nuestros hijos al igual que nosotros, son consecuencia de la época que les toca vivir, como el “Botellón” que es la consecuencia de un fracaso nuestro más que de ellos. Vendrá bien recordad la máxima de Pitágoras de Samos: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”
De todas formas, no olvidemos lo importante: Que ingerir bebidas alcohólicas, sea en la forma, lugar o tiempo que sea, daña la salud. De forma especialmente peligrosa a edades tempranas. Busquemos las causas, atendamos digna y profesionalmente las consecuencias sin demonizar sólo el acto del consumo, en su forma, modo de hacerlo o en el lugar en que se realiza.

1 comentarios:

belen benitez de los santos dijo...

Me ha gustado mucho porque dice lo que es el botellón y lo explica muy bien.