La trata negrera plantea interrogantes directos a las sociedades contemporáneas,
debido a varios factores: el silencio general que pesó sobre ella en el pasado, la violencia extrema que la acompañó, el carácter de los discursos que han tratado de justificarla y la perdurabilidad de sus desastrosas consecuencias. La trata plantea cuestiones candentes que guardan relación con los derechos humanos, el pluralismo cultural y las nuevas formas de civismo. Por otra parte, la trata generó interacciones importantes entre los pueblos de África, Europa, las Américas, la región del Océano Índico, el mundo árabe-musulmán y Asia, transformando de forma honda y
duradera sus culturas, conocimientos, creencias y conductas. Algunos de los movimientos culturales y artísticos más importantes del siglo XX –el cubismo, el jazz y el hip-hop, por ejemplo– fueron el resultado de esas interacciones. Se ha optado por la noción de “ruta” para designar esa dinámica de intercambios entre pueblos y culturas. El Proyecto
"La Ruta del Esclavo”, que tiene un carácter intersectorial y pluridisciplinario, fue inaugurado
oficialmente en 1994 por la UNESCO, en Uidah (Benin). Su objetivo es:
A) romper el muro de silencio en que se han encerrado las cuestiones de la trata negrera y la esclavitud, contribuyendo así a un mejor entendimiento de sus causas profundas, su problemática y sus modalidades, mediante la realización de trabajos de investigación científica de carácter pluridisciplinario;
B) poner de manifiesto las repercusiones que la trata ha tenido en las sociedades modernas; y iii) contribuir a la cultura de paz y la coexistencia pacífica entre los pueblos, fomentando la reflexión
sobre el diálogo intercultural.
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