Trazar el recorrido de la propagación de las lenguas resulta un trabajo un tanto arduo. Numerosos lingüistas han utilizado los cambios en el uso de palabras o en las estructuras gramaticales para explicar la evolución. Quentin Atkinson, psicólogo de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, ha aportado una nueva perspectiva al centrar la atención de la pesquisa en los fonemas, unidades pequeñas de sonido de las lenguas que permiten distinguir una palabra de otras.
"Nuestra investigación indica que las cerca de 6.000 lenguas que existen hoy en el mundo descienden de un antepasado común en África. Este resultado es muy importante porque representa que todas las lenguas comparten el mismo origen y valida la idea de un ser humano con 'lengua materna'", explica a SINC Atkinson.
Las estimaciones del investigador confirman, pues, que el leguaje y los genes evolucionan de manera similar, por lo que los métodos y la teoría de la biología podría aplicarse a la lingüística y viceversa. Es decir, una vez que los humanos expandieron su ámbito geográfico desde África al resto del mundo, para colonizar otras regiones, la diversidad fonética se redujo y evolucionó junto con las poblaciones humanas migrantes.
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