ESQUIZOFRENIA

El diagnóstico de la esquizofrenia se basa en la cuidadosa observación de signos y síntomas, en la exploración metódica de las vivencias de una persona y en la acumulación de antecedentes desde todas las fuentes posibles: familia, amigos, etc.

No existen pruebas de laboratorio ni exámenes de imágenes que ayuden a establecer el diagnóstico como no sea para descartar otras enfermedades.

Se tiende a realizar la laboración en función de la predominación de síntomas positivos y negativos y, sobre todo, a medir la intensidad y escalas.

Ello permite evaluar al paciente en diversos momentos de su evolución así como la efectividad de los tratamientos.