El objetivo último de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) es la estabilización de las concentraciones de los gases de efecto invernadero a un nivel que no implique una interferencia peligrosa con el sistema climático, y que permita un desarrollo sostenible. Como las actividades relacionadas con la energía representan el 80% de las emisiones de CO2 a escala mundial, la energía es clave en el cambio climático.
Dentro de UNFCCC se ha firmado el Protocolo de Kyoto en el que se establecen limitaciones a las emisiones de los gases de efecto invernadero (CO2, CH4, N2O,...)
El sector energético desempeña un papel de importancia fundamental en el desarrollo económico. Las medidas en el campo de la energía deben ser compatibles con los tres principios fundamentales: competitividad, seguridad de abastecimiento y protección medioambiental, buscando un crecimiento sostenible.
Asimismo el sector energético, comprendiendo la extracción, producción, transporte y uso de la energía, es la fuente más importante de gases de efecto invernadero. Los principales gases de efecto invernadero son el CO2 y el CH4 procedentes de la quema de combustibles fósiles.
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