Cada vez más nos damos cuenta de cómo, a pesar de estar a las puertas del
todavía no hemos aprendido a resolver conflictos de una manera
constructiva, justa y no-violenta. Es más, para mucha gente, el conflicto se ve
como algo negativo, a evitar.
Esta idea viene motivada por el hecho de que cuando pensamos en conflicto
inmediatamente lo relacionamos con la forma en que habitualmente vemos que
se resuelve: la guerra, la violencia.
De ahí que identificamos conflicto con algo malo, aunque en realidad sea la
forma de resolverlos y no, ellos en sí mismos, lo negativo.
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