- Hay
muchos sentimientos que hacen que la convivencia se nos haga más difícil. Pero
el peor de todos es el odio. Es un sentimiento de antipatía, de aversión hacia
alguien cuya sola presencia provoca una irritación continuada. Aparece el deseo
o más bien la impotencia de provocar su desdicha, o incluso hacerle daño o
rechazarla. El odio niega a las personas su dignidad. Las conductas que genera
rechazan los derechos humanos. Y es que este sentimiento es inhumano, porque
significa que esa persona que siente odio hacia otra no conoce la compasión.
Además, el odio impide el respeto y la solidaridad. Es lo contrario del amor,
el amor hace que las personas tengamos la necesidad de que la otra persona sea
feliz. El odio puede sentirse hacia una persona o hacia un grupo de personas. A
lo largo de la historia de la humanidad, el odio ha sido consecuente de
terribles matanzas. Al deseo de exterminar a todo un grupo se le denomina
genocidio. El odio a un grupo tiene diversos nombres:
1) Xenofobia: es una ideología que consiste en el
rechazo de las identidades culturales que son diferentes a la propia. A
diferencia del racismo, la xenofobia se plantea aceptar a los extranjeros e
inmigrantes, siempre que se cumpla su asimilación sociocultural.
2) Racismo: El racismo es una actitud
discriminatoria que consiste en considerar que las personas que tienen unos
determinados rasgos físicos, como por ejemplo un tono de piel diferente, son
por ello inferiores intelectual, social y moralmente al resto de personas que
no tienen esos rasgos.
3) Homofobia: es el término que se ha destinado
para describir el rechazo, miedo, repudio, prejuicio o discriminación hacia
mujeres u hombres que se reconocen a sí mismos como homosexuales.
- Si el odio nos hace sentir mal, ¿por qué odiamos? ¿Tan difícil es convivir con una persona con la que no compartimos pensamientos? Pienso que sí, que eso se nos hace difícil ya que desde chicos estamos acostumbrados a querer y que nos quieran y cuando verdaderamente nos enfrentamos al mundo, al resto de personas, no todos están dispuestos a colaborar o simplemente a "echar un cable", pero, a pesar de todo, debemos
aceptar a los demás sean como sean,
ya que no todo el mundo va a ser igual, sería rídiculo y aburrido si eso fuese
así, ahí está la esencia del ser humano y de saber valorar lo que nos rodea y
aceptarlo todo con los brazos abiertos.
“Triste época la nuestra. Es mas fácil desintegrar un átomo
que superar un prejuicio”
Albert
Einstein
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