Cada vez es más patente que el anteproyecto de ley del aborto es foco de incomodidad y división en el Partido Popular.
El apoyo de concejales del PP está permitiendo aprobar en decenas de Ayuntamientos españoles mociones de rechazo a la nueva ley.
Las mociones municipales en un asunto como este, que se discute en el
Parlamento y donde los Ayuntamientos tienen poca mano, son más
simbólicas que otra cosa. Sin embargo, suponen un buen termómetro para
definir cuán escoradas están las posturas en el espinoso debate de la
interrupción del embarazo. En aquellos municipios donde se ha decidido dar libertad de voto, muchos
populares han apoyado las mociones contra la reforma; o han preferido
no situarse en contra y que salgan adelante.
La estrategia de la oposición sobre todo del PSOE— de trasladar el
debate de la ley del aborto a los estamentos provinciales y municipales
para dejar claro su frontal rechazo, y tratar de visibilizar la división
que genera, está dando frutos.

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