En principio, la soledad absoluta no existe. Siempre hay alguna persona con quien se mantiene una cierta cercanía, ya sea física o emocional. Por otra parte, la soledad en determinados periodos es valorada por muchas personas e, incluso, hay quienes la consideran imprescindible para descansar o concentrarse.
La soledad está relacionada con la capacidad de las personas para manifestar sus sentimientos y opiniones. Cuando nuestra habilidad para relacionarnos es mala, aumenta la probabilidad de que nos quedemos solos, ya que las relaciones que mantenemos son menos entusiastas. La soledad está muy relacionada con la pérdida de relaciones con ese conjunto de personas que son significativas en la vida de la persona y que son con las que se interactúa de forma regular.
Las personas solas a menudo revelan muchos síntomas de depresión, como inactividad, pérdida de energía y pérdida de placer en actividades que para la mayoría resultan agradables. Se sienten aislados, diferentes a los demás, se quejan de que nadie los entiende, que a nadie le importan.
LA SOLEDAD NO ES ESTAR SOLO, ES SENTIRSE ASÍ.
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