Todos los países de la UE, entre otros, han firmado y puesto
en marcha el Protocolo de Kioto, nacido con el objetivo de frenar el
calentamiento de la Tierra.
Se trata de un acuerdo internacional para reducir las
emisiones globales de seis gases de efecto invernadero un 5% respecto a las
emisiones de 1990, entre 2008 y 2012. El Protocolo establece un porcentaje para
cada uno de los países que lo han suscrito, de manera que entre todos se
consiga reducir ese 5%.
España y otros países se comprometieron a reducir sus
emisiones, pero están muy lejos de cumplir su objetivo. En octubre de 2009,
entre los países industrializados que firmaron el Protocolo, las emisiones se
habían reducido menos de un 3%, y Estados Unidos, responsable de un cuarto de
las emisiones mundiales, no había suscrito el acuerdo.
En 2009, en la cumbre de Copenhague comenzó la negociación
para elaborar un nuevo protocolo con unos objetivos más ambiciosos.
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