La ONU ha cifrado en “más de 7.500” los fallecidos en Siria durante la represión de las revueltas, más de 2.000 más que en el último balance, y ha pedido ya claramente que el gobierno de Damasco sea llevado ante la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes contra la humanidad contra la población civil.
"Hay informaciones creíbles de que el balance de muertos ahora supera a menudo los cien civiles al, incluyendo muchas mujeres y niños", ha declarado el subseccretario general de la ONU para asuntos políticos, Lynn Pascoe, al Consejo de Seguridad, donde ha cifrado en "ciertamente por encima de las 7.500 personas" los fallecidos en los últimos once meses.
La ONU no facilitaba balances de muertos en Siria desde finales de enero al carecer de datos fiables, coincidiendo con la intensificación de la represión en el país después del veto de Rusia y China en el Consejo de Seguridad y la ofensiva del régimen contra la ciudad rebelde de Homs.
Pascoe ha pronunciado estas palabras en una reunión del Consejo en la que Francia sigue intentando que se acuerde una resolución de condena y permita el acceso humanitario al interior del país.
"Hoy comienzan los trabajos en el Consejo en una resolución propuesta para parar la violencia y permitir la llegada de ayuda hamanitaria a las zonas más afectadas”, ha declarado el portavoz del Ministerio de Exteriores francés, Bernard Valero, quien ha añadido que la resolución estaba focalizada en Homs.
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