"La luz al final del túnel" que muchos pacientes aseguran haber visto en el umbral de la muerte no es más que la falta de riego sanguíneo en el globo ocular, que les hace perder la visión periférica y vislumbrar tan sólo una luz en el centro del ojo.
Sobre la sensación de "flotar" fuera del propio cuerpo, el neurólogo lo atribuye a que una parte del cerebro, la zona de giro angular responsable de la sensación del equilibrio, no tiene suficiente oxígeno.
Para reforzar las teorías, se ha experimentado estimulando la misma zona cerebral en pacientes conscientes, que también han experimentado una idéntica sensación de verse desde fuera. Aunque volviendo a su lugar acabando la estimulación.
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