Cientos de personas colapsaron ayer los accesos a la estación del AVE en Alicante en una amalgama de protestas en contra de los recortes, la corrupción o la monarquía, así como por los desahucios o la precariedad de las líneas de cercanías. La jornada reivindicativa transcurrió en medio de un amplio despliegue de agentes antidisturbios y con momentos de tensión que acabaron por estallar cuando un grupo de manifestantes echó a correr hacia uno de los laterales de la estación al ver salir coches oficiales tras acabar el acto. Un grupo de exaltados comenzó a lanzar piedras contra los agentes que custodiaban el acceso y agredió a un inspector de policía, al que propinaron patadas, le robaron el equipo de transmisiones y le tiraron al suelo su teléfono móvil.
Para tratar de evitar la salida de coches oficiales, los manifestantes cogieron grandes piedras de los parterres y las colocaron en el centro de la calzada por la que se accede al parking y donde hasta ahora estaba la parada de taxis. Aprovechando el tumulto en este acceso, varios vehículos oficiales salieron a toda prisa desde la zona ubicada frente a la estación del AVE, sin poder esquivar los gritos de los manifestantes que permanecían en esa zona. Y es que las protestas se extendieron por toda la avenida de Salamanca, obligando a cortar el tráfico.
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