Según algunos
psicólogos, los sentimientos, especialmente los sentimientos profundos, son
algo así como disposiciones que favorecen la actividad si son positivos o la
inhiben, si son negativos. Por otra parte, los sentimientos son de dos tipos:
profundos y duraderos, o superficiales o variables o intercambiables con otros
sentimientos. Otros sostienen que los sentimientos marcan el enlace de las
facultades espirituales con el sujeto humano, pero el asunto es más
complicado. Los sentimientos son algo así como precedentes de ciertas
direcciones del pensamiento, o de ciertos rasgos de la conducta, a las que
suelen acompañar. En el supuesto de que aceptemos esta opinión que es algo
vaga o amorfa, según la cual se da una cierta alternancia entre los
sentimientos, los actos de la inteligencia y de la voluntad, conviene añadir
que hay sentimientos más profundos que otros que dependen del estado de
salud, de circunstancias corpóreas o de accidentes de la vida.
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