La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a catorce años de prisión a un padre por abusos sexuales cometidos contra su hija desde 2005 hasta 2010.
En la sentencia, los magistrados consideran al acusado de un delito continuado de abusos sexuales y contra la intimidad. Se le prohíbe acercarse a su hija durante nueve años. Dicho acusado, reconoció haber mantenido relaciones con su hija y que éstas fueron consentidas y autorizadas por ella y para grabarlas.
El conocido refrán, "una imagen vale más que mil palabras" se puede aplicar perfectamente a este caso, ya que las grabaciones demuestran que fueron sin el consentimiento de su hija.
Mi opinión: Aqui en este caso, se plantea un tema ético como es el de la violencia y se violan los derechos del menor, pero lo más sorprendente e increíble, es que la culpa la tenga su padre porque no entiendo como puede hacer eso una persona.
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