El teléfono suena, y Karim nos deja escuchar los cánticos que suenan al otro lado de la línea, al otro lado de la frontera. Como cada viernes, los sirios han salido a la calle a protestar contra el régimen en manifestaciones por todo el país. El amigo de Karim está en la de Tal Kalaj, en territorio sirio, a apenas cuatro kilómetros de donde nos encontramos.
Y de nuevo, las fuerzas de seguridad han abierto fuego contra los manifestantes. Al menos once muertos y decenas de heridos en Deraa, Homs, Hama y el extrarradio de Damasco. Pero ya no es sólo un bando el que pone los cadáveres: en Hama, una bomba ha dejado dos soldados muertos y otro herido, mientras que otros dos han resultado alcanzados por disparos en Deraa, uno de los epicentros de las protestas.
Y es que el autodenominado Ejército Sirio Libre, compuesto por desertores, cobra fuerza sobre el terreno. En Tal Kalaj, los manifestantes están protegidos por los insurgentes. En otros puntos del país, el ESL se siente lo suficientemente fuerte como para lanzar un ultimátum: o el régimen libera a todos los presos políticos en un plazo de veinticuatro horas, o comenzarán los ataques contra puntos estratégicos del país.
Mientras tanto, Siria intenta capear la crisis diplomática. Ayer, el régimen aceptó «en principio» el envío de quinientos observadores en colaboración con la Liga Árabe, aunque intentó imponer una serie de condiciones (como que todos los miembros de la misión fuesen funcionarios de gobiernos árabes y que no se incluyese a activistas de derechos humanos), que el organismo rechazó.
1 comentarios:
Lo que está sucediendo en Siria es inadmisible. Una tierra impresionante, con gente maravillosa está siendo destruida sin piedad por un asesino. Digan lo que digan, lo es!
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